El centro museístico ROM, de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, revela los secretos de un estilo arquitectónico que se extiende a lo largo de 250 templos por la antigua Merindad de Aguilar de Campoo
Texto: Ricardo Ortega. Fotografía, César del Valle
El norte de Palencia está salpicado de pequeñas joyas de la arquitectura románica. Es el territorio de la antigua Merindad de Aguilar de Campoo, que incluye el sur de Cantabria y parte del oeste burgalés. Cerca de 250 iglesias se integran en el paisaje y lo pueblan junto a los valles, las montañas y los bosques, testimonio de un periodo (en torno al año 1200) de cierto florecimiento de la cristiandad, con la línea de la llamada Reconquista que ya avanzaba al sur del Duero y un Reino de Castilla consolidado. Es el románico tardío, también llamado Románico Norte, que definió sus características cuando los equipos de cantería radicados en la zona ‘descendieron’ a las poblaciones más modestas. De hecho, una de las sorpresas que se lleva el visitante es la presencia de estos tesoros seculares en localidades que apenas suman un puñado de casas.
Una de las fórmulas para aproximarse a este arte y el territorio que habita es franquear la puerta del centro expositivo ROM-Monasterio de Santa María la Real, una verdadera puerta de entrada a una comarca que es en sí misma un museo vivo. “Nuestra intervención se dirige a dar a conocer el monasterio de Santa María la Real, uno de los más importantes de Palencia, y ayudar a conocer y comprender el llamado Románico Norte”. Así lo señala el coordinador del centro, César del Valle, que destaca los espectaculares valores estéticos de este estilo arquitectónico, y también la ubicación de los diferentes templos en lugares singulares.
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